viernes, 30 de julio de 2010

La Semántica como disciplina lingüística

La Semántica no es una disciplina que haya tenido una larga tradición dentro de la Lingüística, sino una disciplina relativamente nueva, que tuvo sus inicios en el siglo XIX y un desarrollo bastante acelerado a partir de la publicaciones de Breal en 1933:Essais de Semantique y Les lois Intellectuales du Lenguaje. No obstante, ya los griegos diferenciaban entre nominalistas/ realistas. Los primeros  consideraban  que las palabras eran el nombre de las cosas (siguiendo a Aristóteles), mientras que los segundos defendían una relación intrínseca entre las palabras y las cosas (Platón).
 Breal, por su parte, se propuso el estudio de los cambios de las palabras. El estudio del significado partió  de su eje  diacrónico. Así en un principio el método de trabajo es logístico. Se pensaba (Bloomfield) que el significado en su estudio sincrónico era imposible de delimitar, al menos desde un punto de vista científico. Los estructuralistas europeos piensan que el léxico es difícilmente reducible a modelos estructurales que puedan ser estudiados (Vogt) o que no está estructurado de igual manera en todas sus partes (Martinet),  incluso que está formado por términos inconexos a partir de un número infinito de elementos (Ullman).
 Fue Hjelmslev quien propuso que las unidades significativas mínimas debían ser estudiadas, de la misma manera que lo eran las figuras del  plano de la expresión en fonemas. Así pues a esas unidades de significación (que hoy actualmente llamamossemas, sememas), las llamo pleremas. ( de ahí su diferenciación entre planopleremático cenemático). 
 Los estructuralistas americanos, por su parte, aportaron el análisis componencial.  .La diferenciación entre rasgos semánticos distintivos y rasgos no distintivos. El producto de este estudio remitía a Aristóteles y su teoría que consistía en buscar el significado de un término, anunciando un género próximo (vehículo) y su diferencia específica.Bloomfield  atiende al análisis del comportamiento del sujeto (behaviorismo). La significación de una palabra o unidad es la respuesta que provoca en el auditor. Esto permite explicar el aprendizaje del vocabulario en el niño que requiere un rodaje social y un aprendizaje continuo. Por su parte la teoría analítica-referencial refiere que existe una relación recíproca y reversible entre el nombre y el sentido (información que el nombre comunica al agente). Si uno oye la palabra piensa en la cosa (referente) y si piensa la cosa dirá la palabra. (Ullman).
 La teoría contextual, asume  que una palabra no tiene ningún sentido fuera de su contexto. Wittgenstein: “Una palabra no tiene significación, sólo tiene hablante”. Si separamos  las palabras del contexto pierden el significado de uso. Explica este autor que nadie puede usar una palabra que antes no ha entendido. Su análisis  parte de procedimientos distribucionales y utiliza unidades suprafrásticas mediante el análisis de fragmentos lingüísticos amplios.  Guiraud –por su parte- diferencia  el sentido de base, el sentido contextual y el sentido extranocional o el valor:
 “Cada palabra tiene un sentido de base y un sentido contextual: es el contexto el que precisa el concepto preciso. Toda palabra está ligada a su contexto, del que extrae el sentido.”

El concepto de valor hace referencia según él a contexto extranocional. Se trata de los valores expresivos que dependen de la función comunicativa del lenguaje y los valores sociocontextuales  del interlocutor. Los signos lingüísticos poseen, además de su significado denotativo, diversos sentidos que proceden del uso que de ellos hace el hablante. Tales connotaciones- muy difícilmente sistematizables son variadas: sxiológicas e ideológicas, es decir, en relación con valores e ideologías (piénsese en las que comportan términos como patria, libertad anarquía); de procedencia geográfica o social del hablante (maseta/macetaguajepasma) o de edad o profesión (guateque, mates, cliente), de situación de elocución en que el hablante, el oyente o ambos se encuentran, etc.

 Las connotaciones de las palabras raramente son individuales, a no ser que alguien elabore su propio idiolecto, cuyas claves debe dar a conocer si quiere ser comprendido. La connotación puede –en ocasiones- recubrir casi totalmente el significado denotativo, el núcleo conceptual básico de una palabra,  como ocurre en poesía. En el registro coloquial la connotación es importante: porque lo expresivo y lo apelativo se hallan en el centro mismo de la comunicación. La lengua literaria también moviliza significados connotativos y aún los crea; por el contrario, las lenguas científicas, donde el emisor y el receptor están idealmente ausentes, son un terreno que apelan a la denotación, al sentido unívoco de las palabras..

Concepto de campo semántico


La Semántica estructural, que parte de los presupuestos de Saussure y su atención sobre las “relaciones asociativas”, postula que toda unidad léxica está integrada en un sistema,  por lo que debe ser definida en el seno del mismo estableciendo las oportunas oposiciones del significado con el resto. Retoma el concepto de campo y utiliza además los procedimiento de descomposición del significado en unidades menores y de conmutación de éstas para establecer los campos semánticos, o sea,   constelaciones de términos  cuyos significados pueden construirse unos a partir de otros por suma o resta de una o varias unidades mínimas de significación.
 La lexía será toda unidad dada como palabra simple en una lengua. Los  semas,  los rasgos distintivos mínimos, el seméma la reunión de semas diferentes, el archisemema,el sema o el conjunto de semas comunes a varios semenas. Según esto el estudio de los cambios de significado supone aceptar la posibilidad de articular semánticamente el vocabulario de las palabras, partiendo del concepto de valor que establece el significado de un signo por el lugar que ocupa.
          Cuando estudiamos el campo semántico, debemos atender al conjunto de palabras, pertenecientes a la  misma clase gramatical, que se reparten una zona de la designación próxima y poseen, en consecuencia, un significado también próximo: comparten al menos un sema que es la base de la comparación  de los elementos que forman el campo y se oponen al menos por uno.
 Se tendrá en cuenta  que cada lengua estructura de forma distintiva sus campos semánticos En una palabra como pared las distinciones que ofrece el español, con sus cinco lexemas comunes (pared, muro, tabique, tapia y muralla) son muy notables. En latín sólo se distinguía “paries” y “murus” y la oposición se basaba en los rasgos de interior/ exterior. En francés todo es “mur”, diferenciándose a lo más “cloison” (tabique); y en inglés, salvo “rampart” (muralla), lo demás es “wall” seguido del adjetivo que pueda corresponderle. El español se encontró con la voz prerromana “tapia” y luego con el arabismo “tabique” y eso le ha permitido esta estructuración peculiar del campo. Véase  también  como se denomina hermano y hermana, en francés, húngaro y malayo. En húngaro tiene cuatro formas: bátya, öcs, nene, hung; en  francés dos: frère, soeur.Todos estos ejemplos explican que la lengua como sistema de signos es la encargada de representar una determinada realidad, designar el mundo, crear la realidad, ponerle límites, estructurarla para que sea inteligible etc.
 A su vez, los campos semánticos se relacionan con otros campos semánticos a través de lexemas puente o unidades léxicas pertenecientes a más de un campo semántico y a más de un paradigma léxico. Según esto  tapia muro, que formarían parte del campo semántico de pared, se relacionarían con otras unidades “como “valla, empalizada,alambrada, que no poseen el sema de “interior”. En definitiva tapia y muro son unidades poliparadigmáticas, pues pertenecen a más de un paradigma léxico o campo semántico.
 Fuente: http://elarlequindehielo.obolog.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario