viernes, 30 de julio de 2010

Apuntes de Lengua 1º Bachillerato








Fuente: www.sanbuenaventura.org

Propuesta de análisis morfológico


Estamos trabajando duramente con el análisis morfológico, pero hay que seguir practicando para no cometer errores que nos lleven a equivocarnos. Recordad, concentración, concentración y más concentración. Y fijaos en el contexto y en las condiciones que podemos encontrar para solventar cada palabra. Como propuesta, podéis intentarlo con este texto:
El hombre de aquella gabardina gris habría sido seleccionado por el presidente de la compañía estadounidense si no  se hubiese dormido aquel día, el 27. Posiblemente, si eso le ocurre otra vez, se acordará de ese día y de todos los que se durmió en aquella habitación de su ciudad. A su edad, su hermana María era tan inquieta que viajaba mucho más que él. 

Fuente: http://recursosele.wordpress.com/

Lengua española: solo/sólo

Últimamente he notado que tanto mi calidad de escritura como mis faltas ortográficas están entrando en una zona peligrosa, así que me he decidido a repasar mis viejos apuntes de lengua. Como suelo tratar temas tan variados en el blog, he pensado en ir colgando algunas soluciones a dudas típicas, de modo que así afiance mis conocimientos. Además, viendo los comentarios en algunos blogs y foros, seguramente estas pequeñas lecciones no vengan de más.
Hoy vamos con la diferencia entre solo y sólo.
La palabra solo puede actuar como adjetivo (“Me paso el día solo”) o como adverbio (“Solo durará una hora”). Según las reglas de acentuación de la lengua española, la palabra solo nunca lleva tilde, entonces, ¿por qué a veces si se acentúa?
Cuando en una misma oración se pueda confundir el uso de solo como adjetivo o adverbio, hay que poner tilde si deseamos que desempeñe la función de adverbio:
  • En “Estaré solo un mes” solo actúa como adjetivo, indicando mi falta de amistades y que no voy a estar acompañado.
  • En “Estaré sólo un mes” sólo actúa como adverbio, indicando que no me caes demasiado bien y no me apetece quedarme más tiempo.
Es muy importante aclarar que la acentuación solo se usa en caso de que pueda haber confusión. En esa frase anterior se emplea solo como adverbio y no lleva tilde, porque es su único uso posible.
Por cierto, esta tilde que se emplea para diferenciar la categoría gramatical de una palabra que según las normas de acentuación no lleva tilde, se llama tilde diacrítica.
Espero que os haya servido de ayuda. Os recomiendo el Diccionario Panhispánico de dudas de la RAE, un lugar muy útil para buscar este tipo de cosas:http://buscon.rae.es/dpdI
Fuente: http://laguiadedanny.com

Apuntes sobre plurilingúismo

El régimen de la propiedad social de los medios de producción, es decir la futura sociedad socialista, no podrá menos que practicar la interculturalidad de la manera más extendida posible dejando en el pasado las prácticas etnocidas o aculturacionistas de la barbarie capitalista. Sin embargo, cuando los teóricos indigenistas nos plantean la posibilidad de practicar la interculturalidad en medio de un mundo –y un país- donde la opresión nacional, las prácticas racistas son efectos de condiciones sociales –propiedad privada de los medios de producción-, el concepto se convierte de una “sana intención” en un planteamiento francamente reaccionario porque está suponiendo la convivencia armónica y la colaboración entre explotados y explotadores, o mejor, la aceptación pacífica y el sostenimiento, por parte de los primeros, del régimen de opresión de sus verdugos.

Los teóricos de la posmodernidad que han dado fin a las teorías universales, creen necesario construir una sociedad más “plural”, es decir más “amplia” y “tolerante”, en el que las diferencias no sean cuestiones que nos separen, sino que sean parte de una sociedad inclusiva. Sin decirlo explícitamente, el proyecto de ley “Siñani-Pérez” agota sus posibilidades de interculturalizar en la instauración de una educación trilingüe. Los fervientes teóricos de la descolonización acaban sosteniendo que su finalidad estratégica en este ámbito se reduce a que los habitantes de este país hablemos lengua originaria, castellano e inglés. Llamar “descolonización” al simple hecho de establecer ciudadanos plurilingües es un verdadero despropósito.

En realidad, el plurilingüismo es un fenómeno bastante complejo como para querer superarlo sólo por medio de disposiciones legales en materia educativa. ¿Cómo se puede explicar el hecho de que para algunos niños el bilingüismo sea provechoso para el desarrollo de sus funciones psíquicas superiores y para otros niños, en cambio, sea fuente de muchas taras? Todo maestro ha atravesado la experiencia en la que muchos de sus alumnos pasan por diversas dificultades para aprender correctamente la sintaxis, gramática, semántica y ortografía de la lengua española producto de las “interferencias”, “obstaculizaciones” y “confusiones”, que realiza su idioma originario.

Sin embargo, la poliglotía no es dañina en todos los casos, el psicólogo marxista Vigotsky apuntaba que en otros contextos el aprendizaje de una segunda lengua juega un papel esencial en el aprendizaje de ambas lenguas y en el desarrollo de los procesos psicológicos superiores. ¿De qué depende entonces uno u otro resultado? El plurilingüismo, dice Vigotsky (Sobre el plurilingüismo en la edad infantil, p.381), es un fenómeno dinámico que debe tener en cuenta, además del desarrollo psicosocial del niño, la relación con las condiciones concretas en medio de las cuales transcurre el desarrollo del niño y de las leyes que lo rigen modificándose en cada momento de su edad.

Quien investigue las consecuencias del plurilingüismo en el desarrollo de los niños, debe tener en cuenta, prosigue Vigotsky, “…la necesidad de que la investigación tenga un carácter específico y se tenga en cuenta la totalidad de los factores sociales del desarrollo intelectual del niño, otra es la necesidad de introducir la perspectiva genética con el fin de estudiar la multiplicidad de los cambios cualitativos que tienen lugar en el proceso de desarrollo infantil”. (Ibíd: 389-390) No se debe olvidar que el lenguaje influye en el conjunto de los factores del desarrollo humano; el desarrollo intelectual, el desarrollo del carácter, de la personalidad, de las emociones e incluso en la lateralidad y por supuesto, en el desarrollo social. Por lo tanto, establecer que la enseñanza plurilingüe basta para “descolonizar” es una vulgar impostura.

En nuestros análisis hemos visto que toda medida pedagógica tiene límites en las condiciones históricas y sociales. Un gobierno, como el del MAS, incapaz de plantearse la necesidad de transformar estructuralmente el régimen capitalista, termina planteando medidas educativas estrechas, que no solucionan el problema de fondo. La imposición del monolingüismo en la Bolivia semicolonial fue una medida fundamentalmente política en consonancia con la opresión económica y cultural de las nacionalidades indígenas. Por lo tanto, su verdadera superación sólo puede darse en el marco de instaurar un régimen social donde no haya cabida para la discriminación de unas naciones o unas clases sobre otras, entretanto prosiga esta situación, la opresión cultural y una de sus expresiones, la desvalorización de las lenguas originarias, queda incólume.

* Profesor de filosofía y dirigente de la Union Revolucionaria de Maestros (URMA) del POR.

Fuente: http://apuntestodoonline.blogspot.com

La mutación del lector, o apuntes caóticos en torno a La metamorfosis de la lectura

Si ya decía mi abuela que en esta vida hay muy pocas cosas seguras, con los tiempos de crisis su máxima se acentúa por momentos. Con todo, venga, digámoslo. Hay algunas cosas seguras. La ley de Murphy sigue ahí. Los enemigos siguen recibiendo subvenciones para sus complots, mal que nos pese, y cualquier texto que escriba Román Gubern será, casi por definición, brillante.
De anunciarse los libros con la misma plantilla de trailer que las superpagadas pelis deHollywood, se sobreimpresionarían en la pantalla frases como “Si le gustó Del bisonte a la realidad virtual”, “Si se emocionó con La escena y el laberinto”, “Si se enamoró leyendo La imagen pornográfica”, “Si se encontró a sí mismo en Patologías de la imagen” para cerrar la recargada enumeración con un “agarre a su librero de confianza y no lo suelte hasta que le dé Lametamorfosis de la lectura”. Algo así.
Y es cierto, hay que ser brillante para, de la que se elabora una cronología del soporte que permite la lectura, ir dejando reflexiones como ésta: “Y no es baladí señalar que el hecho de que Scheherezade quedara embarazada a lo largo de su saga narrativa, proponía implícitamente –y de modo literariamente revolucionario- que de la ficción surge la vida”.
Con agilidad, y como quien habla de algo cotidiano (que en el fondo es lo que supone el acto de leer), Gubern avanza por la Historia, y lo hace como si fuera motorizado y, al mismo tiempo, se permitiera las pausas de quien pasea a pie. Su tesis es clara, el soporte cambia, con él el lector y entonces la literatura. Y que nadie se engañe. No afronta esta idea desde un materialismo reduccionista, no es eso. Sencillamente coloca el avance tecnológico por encima del humanístico (entiendan también “artístico”), el soporte permite otras técnicas y en éstas encuentran nuevos acomodos los modos de expresión, de narración.
Su prosa está hipervinculada, pero sin artificios. Claro, diáfano, coloca los puntos ordenadamente por una sala virtual (claro) y los ramifica. Así la conferencia pronunciada en Ciudad de México, en septiembre de 2009, y de la que este texto parte.
En la panorámica que llega hasta el libro digital, (y no porque sea un final contemporáneo, sino porque acaba siendo el fin, y el motor, de este ensayo breve) se explora la cultura kitsch, y cómo los pacientes con afecciones de garganta no pueden leer ni tan siquiera en voz baja, porque se estimulan los órganos vocales, la dicotomía virtual/real y los cambios que trajo consigo la llegada de la imprenta.
Todo un recorrido que no se hace largo y en el que lector no se ve obligado a llegar con la lengua afuera para acabar con la situación que ocupa al autor: el libro digital como soporte. De hecho, es el último capítulo donde realiza el catedrático barcelonés una de las más difíciles tareas, analizar lo presente, con lo engorroso de la actualidad y hacerlo iluminando más que oscureciendo (triste costumbre que hemos acabado por asumir).
Quizás el único reproche sea precisamente la comparativa que establece Gubern entre el libro en papel y el libro digital (cuestión que, teniendo en cuenta lo anterior, no resulta necesaria), y cómo la misma peca de cierta ingenuidad. Porque al final, tras tanta agudeza se vuelve a los lugares comunes (el libro como objeto, qué bien huele, nunca se va a quedar sin batería, se lee mejor). Un cierre vago (incluye un punto en el que dice que no se puede utilizar el dispositivo digital en los aviones por ser electrónico, cuando quien haya hecho un par de viajes sabe que esta norma es sólo para el despegue y el aterrizaje) que rompe totalmente la solidez y preclaridad del ensayo en sí.
Aunque la palabra “fetichismo” lo dice todo. Y en este caso es perfectamente conmutable con la palabra “debilidad”, por lo que, aunque al final se abra la caja de Pandora de los tópicos, una siente debilidad por Román Gubern, a quien se permite el lujo de leer, papel convencional mediante, hasta cuando el avión despega.
Fuente: www.koult.es

La Semántica como disciplina lingüística

La Semántica no es una disciplina que haya tenido una larga tradición dentro de la Lingüística, sino una disciplina relativamente nueva, que tuvo sus inicios en el siglo XIX y un desarrollo bastante acelerado a partir de la publicaciones de Breal en 1933:Essais de Semantique y Les lois Intellectuales du Lenguaje. No obstante, ya los griegos diferenciaban entre nominalistas/ realistas. Los primeros  consideraban  que las palabras eran el nombre de las cosas (siguiendo a Aristóteles), mientras que los segundos defendían una relación intrínseca entre las palabras y las cosas (Platón).
 Breal, por su parte, se propuso el estudio de los cambios de las palabras. El estudio del significado partió  de su eje  diacrónico. Así en un principio el método de trabajo es logístico. Se pensaba (Bloomfield) que el significado en su estudio sincrónico era imposible de delimitar, al menos desde un punto de vista científico. Los estructuralistas europeos piensan que el léxico es difícilmente reducible a modelos estructurales que puedan ser estudiados (Vogt) o que no está estructurado de igual manera en todas sus partes (Martinet),  incluso que está formado por términos inconexos a partir de un número infinito de elementos (Ullman).
 Fue Hjelmslev quien propuso que las unidades significativas mínimas debían ser estudiadas, de la misma manera que lo eran las figuras del  plano de la expresión en fonemas. Así pues a esas unidades de significación (que hoy actualmente llamamossemas, sememas), las llamo pleremas. ( de ahí su diferenciación entre planopleremático cenemático). 
 Los estructuralistas americanos, por su parte, aportaron el análisis componencial.  .La diferenciación entre rasgos semánticos distintivos y rasgos no distintivos. El producto de este estudio remitía a Aristóteles y su teoría que consistía en buscar el significado de un término, anunciando un género próximo (vehículo) y su diferencia específica.Bloomfield  atiende al análisis del comportamiento del sujeto (behaviorismo). La significación de una palabra o unidad es la respuesta que provoca en el auditor. Esto permite explicar el aprendizaje del vocabulario en el niño que requiere un rodaje social y un aprendizaje continuo. Por su parte la teoría analítica-referencial refiere que existe una relación recíproca y reversible entre el nombre y el sentido (información que el nombre comunica al agente). Si uno oye la palabra piensa en la cosa (referente) y si piensa la cosa dirá la palabra. (Ullman).
 La teoría contextual, asume  que una palabra no tiene ningún sentido fuera de su contexto. Wittgenstein: “Una palabra no tiene significación, sólo tiene hablante”. Si separamos  las palabras del contexto pierden el significado de uso. Explica este autor que nadie puede usar una palabra que antes no ha entendido. Su análisis  parte de procedimientos distribucionales y utiliza unidades suprafrásticas mediante el análisis de fragmentos lingüísticos amplios.  Guiraud –por su parte- diferencia  el sentido de base, el sentido contextual y el sentido extranocional o el valor:
 “Cada palabra tiene un sentido de base y un sentido contextual: es el contexto el que precisa el concepto preciso. Toda palabra está ligada a su contexto, del que extrae el sentido.”

El concepto de valor hace referencia según él a contexto extranocional. Se trata de los valores expresivos que dependen de la función comunicativa del lenguaje y los valores sociocontextuales  del interlocutor. Los signos lingüísticos poseen, además de su significado denotativo, diversos sentidos que proceden del uso que de ellos hace el hablante. Tales connotaciones- muy difícilmente sistematizables son variadas: sxiológicas e ideológicas, es decir, en relación con valores e ideologías (piénsese en las que comportan términos como patria, libertad anarquía); de procedencia geográfica o social del hablante (maseta/macetaguajepasma) o de edad o profesión (guateque, mates, cliente), de situación de elocución en que el hablante, el oyente o ambos se encuentran, etc.

 Las connotaciones de las palabras raramente son individuales, a no ser que alguien elabore su propio idiolecto, cuyas claves debe dar a conocer si quiere ser comprendido. La connotación puede –en ocasiones- recubrir casi totalmente el significado denotativo, el núcleo conceptual básico de una palabra,  como ocurre en poesía. En el registro coloquial la connotación es importante: porque lo expresivo y lo apelativo se hallan en el centro mismo de la comunicación. La lengua literaria también moviliza significados connotativos y aún los crea; por el contrario, las lenguas científicas, donde el emisor y el receptor están idealmente ausentes, son un terreno que apelan a la denotación, al sentido unívoco de las palabras..

Concepto de campo semántico


La Semántica estructural, que parte de los presupuestos de Saussure y su atención sobre las “relaciones asociativas”, postula que toda unidad léxica está integrada en un sistema,  por lo que debe ser definida en el seno del mismo estableciendo las oportunas oposiciones del significado con el resto. Retoma el concepto de campo y utiliza además los procedimiento de descomposición del significado en unidades menores y de conmutación de éstas para establecer los campos semánticos, o sea,   constelaciones de términos  cuyos significados pueden construirse unos a partir de otros por suma o resta de una o varias unidades mínimas de significación.
 La lexía será toda unidad dada como palabra simple en una lengua. Los  semas,  los rasgos distintivos mínimos, el seméma la reunión de semas diferentes, el archisemema,el sema o el conjunto de semas comunes a varios semenas. Según esto el estudio de los cambios de significado supone aceptar la posibilidad de articular semánticamente el vocabulario de las palabras, partiendo del concepto de valor que establece el significado de un signo por el lugar que ocupa.
          Cuando estudiamos el campo semántico, debemos atender al conjunto de palabras, pertenecientes a la  misma clase gramatical, que se reparten una zona de la designación próxima y poseen, en consecuencia, un significado también próximo: comparten al menos un sema que es la base de la comparación  de los elementos que forman el campo y se oponen al menos por uno.
 Se tendrá en cuenta  que cada lengua estructura de forma distintiva sus campos semánticos En una palabra como pared las distinciones que ofrece el español, con sus cinco lexemas comunes (pared, muro, tabique, tapia y muralla) son muy notables. En latín sólo se distinguía “paries” y “murus” y la oposición se basaba en los rasgos de interior/ exterior. En francés todo es “mur”, diferenciándose a lo más “cloison” (tabique); y en inglés, salvo “rampart” (muralla), lo demás es “wall” seguido del adjetivo que pueda corresponderle. El español se encontró con la voz prerromana “tapia” y luego con el arabismo “tabique” y eso le ha permitido esta estructuración peculiar del campo. Véase  también  como se denomina hermano y hermana, en francés, húngaro y malayo. En húngaro tiene cuatro formas: bátya, öcs, nene, hung; en  francés dos: frère, soeur.Todos estos ejemplos explican que la lengua como sistema de signos es la encargada de representar una determinada realidad, designar el mundo, crear la realidad, ponerle límites, estructurarla para que sea inteligible etc.
 A su vez, los campos semánticos se relacionan con otros campos semánticos a través de lexemas puente o unidades léxicas pertenecientes a más de un campo semántico y a más de un paradigma léxico. Según esto  tapia muro, que formarían parte del campo semántico de pared, se relacionarían con otras unidades “como “valla, empalizada,alambrada, que no poseen el sema de “interior”. En definitiva tapia y muro son unidades poliparadigmáticas, pues pertenecen a más de un paradigma léxico o campo semántico.
 Fuente: http://elarlequindehielo.obolog.com

Apuntes de lengua: Semántica

Introducción


Entendemos en primer lugar que La Semántica es la disciplina lingüística que estudia el significado o, más bien la significación. Por eso quizá conviene precisar  en primer lugar qué entendemos por significado. En términos generales, se supone que todos los hablantes de un idioma conocen el significado de las palabras que usan, pero esto es erróneo, entre otras razones porque una palabra puede ser usada con diversas acepciones, pues la mayoría de las palabras no presentan un significado unívoco, sino que varían dependiendo del contexto en el que son empleadas. El hablante intuye cuál es el significado preciso de esa palabra, pero siempre existen palabras que se le escapan, que es incapaz de precisar, ni siquiera por el contexto en el que son enunciadas.  Cuando realmente conoce su significado es cuando es capaz de utilizar con propiedad, porque sabe cuáles son sus acepciones y en qué contextos puede utilizarla.  El significado funciona en el lenguaje con unas normas que posibilitan que todos los hablantes compartan esas delimitaciones o lexías, aunque también es frecuente que las palabras adquieran rasgos diferenciadores en determinadas zonas geográficas, en ocasiones se trata de matices, en otras, de verdaderas diferencias.
También debemos tener en cuenta la distinción que existe entre significado denotativosignificado connotativo. Ambos rasgos sirven para conocer lo que significa una palabra. El significado denotativo es el conjunto de rasgos que definen el concepto de un término. El significado denotativo de chucho –por ejemplo- se identificaría con el concepto, perro. Pero si atendemos a su significado connotativo debemos reconocer que chucho, añade un matiz despectivo. Por eso el significado connotativo es el conjunto de asociaciones que posee un término, al margen de su concepto.
Generalmente identificamos el significado connotativo de una palabra con el significado subjetivo y personal. Por ejemplo, para un creyente, la palabra ateo es despectiva, mientras que para una persona que no se considera creyente, el rasgo despectivo desaparece. En este caso, el rasgo despectivo lo determina el uso en determinados contextos. Sin embargo, se trata de un significado connotativo subjetivo. La lengua posee también términos con significados connotativos objetivos y aceptados por toda la comunidad lingüística. Palabras como seguridad, moda, maternaprecisión o novedad poseen un sentido fuertemente connotado con un rasgo positivo que les aporta una aceptación y valoración generalizada por el hablante, es decir, son términos ante los que el hablante actual adopta una actitud positiva. De hecho, si observamos los mensajes publicitarios, políticos, periodísticos o ideológicos comprobamos que se utilizan para atraer el beneplácito del receptor. Tengamos en cuenta la importancia que adquieren los medios de comunicación en esta polarización subjetiva de las palabras. De hecho no en vano son expertos de la manipulación y utilizan las palara como herramientas eficaces de propaganda, por lo que hay que estar muy atentos para no aceptar sus roles, para adquirir una opinión propia de la realidad que no esté mediatizada por sus juegos.

Para el estudio del significado vamos a partir de dos premisas: la que alude  a los elementos que constituyen el signo y la que tiene en cuenta  su  funcionamiento dentro de la comunicación.

Del esquema bipartito de Saussure del signo –sigt,/sigdo- se paso a esquemas triangulares como los de Ogden y Richards o Ullman, que añaden un tercer elemento: el referente, es decir, la cosa o realidad. Si bien ésta es exterior al signo, éste sólo existe porque señala a un referente.  Según esto la arbitrariedad del signo radicaría en que un significante designa una cosa; mientras que, por el contrario, la relación entre sigte ysigdo se presenta como necesaria para los hablantes de una lengua. La significación sería entonces la relación existente entre los dos planos del signo lingüístico  o entre dos de los vértices del triángulo, o sea, entre sigte sigdo. En cuanto a la relación del signo en su integridad con el referente,  ésta se denominaría designación.
 Pero el significado también puede definirse según su uso. Así se ha llegado a afirmar que el significado es el uso mismo; esto es, aquello para lo que se sirve en  un  proceso  de comunicación. Palabras como “desastre” ante un terremoto o ante un examen,  expresiones como “buenos días” pronunciadas un frío día de Enero, poseen un significado que parece proceder no de un sistema de valores inventado previamente, sino de una diversidad de situaciones de elocución que determinan usos variados.  Ambas definiciones pueden quizás conciliarse si entendemos que los signos poseen un significado en la lengua, el cual necesariamente se realiza en el habla; en un acto lingüístico, individual y concreto.
Fuente: http://elarlequindehielo.obolog.com